En Sepur Zarco no hubo registro de presencia subversiva

“El por qué de la violencia, fue la reacción de la élite terrateniente que se sintió amenazada en sus intereses, ante la organización y protesta de los campesinos que buscaban revertir el despojo histórico de sus tierras”, concluyó el experto en sociología política y militar, Héctor Rosada Granados, en su dictamen pericial que presentó en la novena jornada de audiencias del caso Sepur Zarco.

 Rosada Granados fue propuesto como perito por la Fiscalía de Sección de Derechos Humanos, por medio de la Unidad de Casos Especiales del Conflicto Armado Interno, del Ministerio Público (MP). El experto, que ha dedicado gran parte de su vida al estudio de la institución militar en Guatemala y América Latina, ofreció las conclusiones de su peritaje sobre el contexto sociológico-militar de 1982 y 1983, años en que se  cometieron delitos de lesa humanidad contra 11 mujeres  q’eqchís. (Catalogados como crímenes de guerra y elemento constitutivo de genocidio)

 El experto también testificó que en la comunidad de Sepur Zarco, ubicada en El Estor Izabal, no hubo actividad guerrillera durante el conflicto armado. Según dijo, su afirmación se sustenta en las consultas que hizo a “los dos bandos”. Rosada  Granados posee amplia experiencia y antiguas relaciones con excomandantes guerrilleros y altos mandos del ejército, debido a su trabajo como negociador de los Acuerdos de Paz y por las investigaciones que ha realizado durante su carrera como investigador social.

 “Altos mandos de la guerrilla me garantizaron que no hubo acercamiento a ese lugar (Sepur Zarco”, expresó Rosada, en relación a la tesis que afirma que los destacamentos militares se ubicaron en zonas donde la guerrilla tenía presencia y actividades de coordinación con poblaciones locales.

 El “Modus operandi”

 Rosada también explicó al tribunal que los operativos tácticos usados en Sepur Zarco fueron parte de los planes estratégicos contrainsurgentes que ejecutó el ejército durante el enfrentamiento armado en Guatemala.

 En su dictamen, Rosada narró cómo se desarrollaba dicho plan táctico militar en áreas consideradas por el ejército “en conflicto interno”, como lo fue Sepur Zarco. Tal situación derivaba, de acuerdo con el perito, de la denuncia que alguien de la comunidad hacía sobre la presunta presencia guerrillera. En este caso “el conflicto generó diferencias entre la élite y campesinos”, dijo.

 Luego de la denuncia, el ejército se ubicaba el lugar, se establecía el operativo militar para el control, que implicaba el seguimiento y captura del sujeto implicado; en este caso, los campesinos que gestionaban la titulación de la tierra, de acuerdo con Rosada.

 “Había torturas públicas para implantar el terror”, además de observación y patrullajes permanentes en el lugar, como ocurrió en varias comunidades de El Estor, Izabal y Panzós, Alta Verapaz, donde se ubicaron varios destacamentos militares que cumplieron dichas funciones.

 “Se capturaba a pobladores con violencia, preferentemente a las mujeres. Las llegaban a buscar cuando los esposos ya no estaban (porque los había detenido), y (los soldados) se imponían como los esposos. Así se da el proceso de esclavitud sexual”, explicó el perito.

 En Sepur Zarco, además de ser violadas sexualmente y esclavizadas sexual y laboralmente, las mujeres fueron obligadas a lavar la ropa y cocinar la comida de la tropa. También fueron forzadas “a bailar para los soldados para destruir el contexto de la comunidad”.

 Los perpetradores de la violencia sistemática contra las mujeres q’eqchís fueron los militares, pero también “los miembros del equipo de los perpetradores: comisionados militares y sus colaboradores, jefes de patrulla y patrulleros”, concluyó el perito.

 Por Equipo de Comunicación

Al menos 26 peritajes corroboran atrocidades cometidas en Sepur Zarco

La Fiscalía de Sección de Derechos Humanos del Ministerio Público (MP), Mujeres Transformando el Mundo, MTM, Colectiva Jalok U y  Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas UNAMG, organizaciones querellantes del caso Sepur Zarco presentarán al menos de 26 peritajes, en el  juicio histórico que por primera vez juzga delitos contra los deberes de la humanidad, en las modalidades de violencia sexual, esclavitud sexual y esclavitud doméstica. El excomisionado militar Heriberto Valdez Asig y el coronel Francisco Esteelmer Reyes Girón, señalados como responsables de los hechos, también son imputados por los delitos de desaparición forzada y asesinato.

Las pruebas periciales ofrecidas por las querellantes y el MP son fundamentales para que el Tribunal de Mayor Riesgo A conozca el contexto histórico, cultural, social y político que atravesaba Guatemala en los años en los que se cometieron los delitos. Los hechos que juzga el tribunal fueron cometidos entre 1982 y 1983, contra poblaciones indígenas q’eqchís, en varios destacamentos militares asentados en municipios de Izabal y Alta Verapaz.

 Uno de los peritajes principales está a cargo de la doctora en Antropología Social, profesora y autora de varios libros, la argentina Rita Laura Segato. La experta ofrecerá al tribunal su interpretación sobre la victimización de las mujeres desde una perspectiva de género y hermenéutica antropológica.

 Dichos crímenes de guerra son considerados parte de un conjunto de acciones  que ocurrieron por órdenes superiores militares, lo que descarta el argumento sobre el “descontrol o desborde” de la tropa, según la explicación de la experta. La perito expondrá al tribunal sobre los vejámenes cometidos contra las mujeres q’eqchís como estrategias conocidas como las “nuevas formas de guerra en el cuerpo de las mujeres”.

 Otro de los peritajes analizará los crímenes de género ocurridos durante el conflicto armado en Guatemala. El informe fue elaborado por Paola Soria Montañez, abogada con experiencia en litigios en materia de discriminación por género frente al Tribunal Europeo de Derechos Humanos y abogada ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

 La experta interpretará los hechos ante el tribunal desde la perspectiva del Derecho Internacional de los Derechos Humanos, el Derecho Penal Internacional y el Derecho Internacional Humanitario.

 Las querellantes y la fiscalía buscan que el tribunal comprenda el impacto cultural que los hechos atroces tuvieron en la vida de las mujeres y hombres q’eqchí de Sepur Zarco. Por tal razón, presentará un análisis a cargo de la antropóloga social guatemalteca Irma Alicia Velásquez Nimatuj

 También fue propuesta para esta etapa procesal la doctora Marta Elena Casaús Arzú quien ofrecerá un peritaje sobre racismo para el caso Sepur Zarco. Uno de los  planteamientos centrales de la experta es que el racismo es un elemento fundamental para comprender la violencia sexual en contra de las mujeres mayas, durante el conflicto armado en Guatemala. La doctora Casaús, fue perito durante el juicio por Genocidio en 2013.

 Las declaraciones de las y los sobrevivientes evidenciaron que la mayoría de las víctimas de Sepur Zarco fueron detenidas, desaparecidas y ejecutadas extrajudicialmente cuando realizaban trámites para la titulación de la tierra de varias comunidades. Por tal razón, varios peritajes buscan explicar el contexto socio-histórico de los años 1982 y 1983, para que el tribunal comprenda que las acciones militares no fueron estrategias para combatir al enemigo, sino crímenes cometidos contra poblaciones civiles no combatientes.

 Uno de estos peritajes fue elaborado por el doctor Héctor Rosada Granados, politólogo especializado en Sociología Política y licenciado en Antropología Social, quien expondrá su peritaje sobre el contexto sociológico-militar, en el caserío Sepur Zarco, Finca San Miguel, de El Estor Izabal, ente los años 1982 y 1983.

 El peritaje busca confirmar que el temor de los propietarios de las fincas, frente a los reclamos de titulación de tierra de los pobladores organizados en comités protierra, fue el disparador de la violencia que el ejército descargó en su contra.

 Entre las pruebas que se presentarán al Tribunal de Mayor Riesgo A, se encuentran 34 testimoniales, 16 pruebas documentales relacionadas con el coronel Francisco Esteelmer Reyes girón y 9 con el excomisionado militar Heriberto Valdez Asig.

 La fiscalía y las querellantes también presentarán pruebas materiales relacionadas con el área de Sepur Zarco, en El Estor, Izabal, así como con la finca Tinajas, de Panzós, Alta Veraapaz. Entre las pruebas se hallan osamentas, ropa y otros objetos asociados.

 Por Equipo de Comunicación MTM

 

 

Osamentas como medio de prueba, ratifican que hombres fueron torturados y asesinados

Más de treinta cajas que contenían al menos 50 osamentas, botas de hule, pantalones, camisas ropa interior de hombre y lazos de diferentes tamaños y grosor, fueron expuestas como medio de prueba por parte del Ministerio Público ante el Tribunal A de mayor Riesgo.

Las osamentas, ropa y demás objetos que contenían las cajas, fue encontrado en la exhumación realizada por la Fundación de Antropología Forense de Guatemala -FARG-, en la Finca Tinajas Panzós Alta Verapaz en 2012, lugar donde se ubicó  un destacamento militar.

Testigos que se han presentado ante el Tribunal, han narrado que los soldados se llevaron a muchos hombres y nunca regresaron. “Los cuerpos estaban bastante dañados, posiblemente porque en la tierra de encima sembraban caña de azúcar y los químicos lastimaron los huesos y aceleró su descomposición”, refiere el perito Juan Carlos Gática Pérez parte del equipo de la FARG en la exhumación.

Los cuerpos pertenecen a hombres que sufrieron violencia antes de ser asesinados, pues en las osamentas se encontraron lazos que indicaban que fueron atados de cuello, pies y manos.

Otro detalle narrado señala que los cuerpos no fueron enterrados, ya que la posición en las que se encontraron indica que simplemente los lanzaron a la fosa común. En total 50 esqueletos fueron exhumados en Las Tinajas, de los cuales 48 estaban completos y únicamente 2 han sido identificados.

El perito en Antropología Forense Óscar Ariel Ixpatá, ratificó ante el Tribunal el dictamen pericial de investigación antropológico forense llevada a cabo en la finca Tinajas. Ixpatá expuso ante el Tribunal que las edades de los restos óseos son: 2 adolescentes entre 13 y 17 años, 4 jóvenes entre 18 a 25 años, 33 adultos entre 26 y 49 años 1 resto que pertenecía a una persona mayor de 50 años.

En dicho dictamen se registró que en la exhumación se encontró indicios que muestran que las víctimas tenían heridas de bala y golpes y que se localizó vendas y lazos en los cuerpos de las víctimas, específicamente en boca y manos.

Durante el desarrollo de la séptima jornada de audiencias que se desarrollan en la Sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia, las mujeres sobrevivientes fijaban su mirada a las cajas que contenían los restos óseos.

El pasado 1 de febrero inició el juicio del caso Sepur Zarco, calificado como histórico por defensores de los Derechos Humanos en el que 11 mujeres buscan demostrar que fueron víctimas de esclavitud doméstica y abusos sexuales por miembros del Ejército, donde hay dos señalados directos el coronel Esteelmer Francisco Reyes Girón y el ex comisionado militar Heriberto Váldez Azij.

“Acompañamiento psicosocial, fundamental para entender los crímenes de lesa humanidad”

Durante su camino en búsqueda de la justicia las mujeres sobrevivientes de Sepur Zarco han sido acompañadas por la Alianza Rompiendo el Silencio y la Impunidad, integrada por Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial ECAP,  Mujeres Transformando el Mundo MTM, Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas UNAMG las dos últimas querellantes adhesivas.

El acompañamiento psicosocial ha sido fundamental en el proceso de búsqueda de justicia, a continuación entrevista realizada a Felipe Sarti Castañeda, fundador del Equipo Comunitario de Acción Psicosocial-ECAP- parte de la Alianza Rompiendo el Silencio.

¿Cuál es su perspectiva del juicio Sepur Zarco?

En términos generales el juicio avanza bien,  estoy convencido de que los testimonios de los hombres y mujeres que se han presentado hasta el momento describen y narran todas las violaciones físicas y sexuales a las cuales fueron sometidas las sobrevivientes. No se puede dejar por un lado toda la violencia doméstica que sufrieron en el destacamento Sepur Zarco, todos son hechos reales y contundentes.

Lo valioso de los aportes del testigo protegido y los peritajes lingüísticos, antropológicos y psicológicos son una clara evidencia de lo que ocurrió en la guerra interna de Guatemala. Todo esto encamina a la  búsqueda de la verdad, sin descartar que existan fuerzas obscuras que quieran manipular la verdad de este juicio.

¿Cómo se maneja el aspecto psicosocial en las sobrevivientes del caso Sepur Zarco?

En este tipo de casos lo que les tocó vivir a las mujeres sobrevivientes es  desgarrador e inconcebible, el aspecto psicosocial es vital para poder entender los grandes crímenes de lesa humanidad. El acompañamiento ha contribuido a que las mujeres poco a poco rompan el silencio y se sientan protegidas. Es un trabajo integral e importante para que se demuestre la verdad de los hechos.

¿Cómo se brinda el apoyo psicosocial?

Con las mujeres de Sepur Zarco llevamos varios años trabajando y apoyándolas.  Cuando iniciamos este proceso nunca pensamos llegar a este momento “el juicio”. La relación de trabajo comunitario se basa en escuchar a las víctimas en reuniones individuales y grupales en sus comunidades, luego se procede a la construcción de confianza de ellas con el grupo de trabajo psicosocial “es complicado lograrlo” debido a la forma en que fueron agredidas y  la barrera del idioma.  El relato de sus sufrimientos  desde ser mujeres indígenas, madres, hijas, esposas, es algo perturbador.

¿El caso Sepur Zarco es un referente a nivel nacional e internacional?

Primero propone una búsqueda de  justicia para las mujeres, da una pauta que los crímenes de guerra deben de ser conocidos y no olvidados. Se puede denunciar y por ello se puede llegar a tribunales. Ellas son un ejemplo a seguir para diversos sectores,” sus voces han sido escuchadas”.

Es el primer caso a nivel internacional que en una Corte en Guatemala está siendo conocido un proceso judicial  por violencia sexual, violencia doméstica, esclavitud y retención en el destacamento militar. Algo fundamental  es que la parte jurídica de las querellantes  está a cargo de mujeres profesionales del Derecho Penal.

¿Cuándo termine el juicio como se dará el acompañamiento psicosocial a las mujeres de Sepur Zarco?

En caso de estas 11 mujeres cuando concluya este juicio el apoyo debe de ser periódico en los aspectos psicológicos, físicos y emocionales. Nuestra tarea es que tengan acompañamiento integral para que logren su seguridad y confianza.

Lo complicado es que son mujeres con problemas de salud, edad avanzada, molestias psicológicas, el trabajo de la Alianza Rompiendo el Silencio y La Impunidad no termina aquí debemos seguir el trabajo con las mujeres en sus propias comunidades.

No se debe de olvidar que los daños del conflicto armado interno afectaron a las mujeres, y este juicio es prueba fehaciente de ello.

Por equipo de comunicación –MTM-

Muxuk: “Las mujeres fueron profanadas, traspasadas, ensuciadas”

Las mujeres sobrevivientes de Sepur Zarco, fueron sometidas a violencia sexual, esclavitud sexual y doméstica de manera sistemática dentro del destacamento militar, en sus alrededores y dentro de sus propias viviendas. El impacto provocado por esos vejámenes sigue vigente en sus vidas actualmente, según peritajes presentados ante el Tribunal de Mayor Riesgo A contralor del caso.

 En la octava jornada de audiencias, la experta en antropología Social, Mayra Barrios Torres, explicó al tribunal que las 15 mujeres q’eqchís víctimas de violencia sexual por parte de los soldados, nombraron de cuatro formas a la violación sexual, en su propio idioma; el más usado fue Muxuk. El término, según la perito, tiene una significación profunda dentro de la cosmogonía q’eqchi’, que significa: “la mujer fue profanada, traspasada, ensuciada”.

 En un sentido más amplio, según el informe, el término Muxuk puede comprenderse como: “profanar lo sagrado, la profanación del altar o profanar el valor espiritual de algo; infringir (la ley o disposición), pasar por encima de la persona de otros sexo”. Asimismo, Barrios concluyó en su peritaje que: “También indica desmerecer. Este término se le vincula (muchas veces) a las relaciones sexuales y a la abstinencia sexual durante la época de la siembra de maíz”.

 La perito también dijo al tribunal que las mujeres q’eqchís tienen su propia interpretación lingüística de los hechos, por lo que un análisis especializado de sus expresiones verbales en su idioma materno también explica los impactos que las violaciones tuvieron en su vida. Por tal razón, “su mundo social y espiritual quedó destruido, quebrantado en todos los ámbitos de su vida”, puntualizó

 La estigmatización hacia las mujeres sigue vigente

 Las 11 mujeres q’eqchís fueron sometidas a violaciones sexuales, esclavitud sexual y doméstica durante períodos de seis y ochos meses. Algunas de ellas también sufrieron estas acciones que dañaron su integridad, durante seis años, período que permaneció el destacamento ubicado en la aldea del mismo nombre, ubicada en El Estor, Izabal.

 Los principales impactos psicológicos y psicosociales en la vida de las mujeres es el miedo, la vergüenza, evitación social, dificultad para conciliar el sueño y concentrarse, re-experimentación de los hechos traumáticos, susto, duelo alterado y desconfianza en las relaciones sociales, de acuerdo con el peritaje psicosocial que realizó Mónica Esmeralda Pinzón.

 La profesional en Psicología Social, con estudios en género, realizó análisis con enfoques étnico y de género, según dijo, porque era preciso comprender los relatos de las mujeres sin excluir elementos culturales propios de la etnia maya q’eqchí y para que las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres fueran también visibilizadas en este caso.

 “Las mujeres llevan en si la sensación de estar manchadas por haber sido violadas”, dijo la experta. Además, señaló que el estigma para las mujeres en su comunidad fue otro de los factores con el que tuvieron que cargar, puesto que fueron señaladas como “mujeres de los soldados”. También se les decía que sus hijos eran “hijos de los soldados”, ya que sus esposos ya no estaban con ellas, porque habían sido detenidos, desaparecidos y ejecutados extrajudicialmente.

 La perito explicó al tribunal que el impacto fue “un ataque devastador al cuerpo de las mujeres”, pero también fue una agresión psicológica y social, lo cual “lastimó la cultura, la transmisión y reproducción de la cultura maya”. Hechos indudablemente cargados de racismo, de acuerdo con el análisis de la experta.

 Las mujeres q’eqchís también sufrieron el “susto”, uno de los elementos culturales analizados a la luz del enfoque étnico. Pinzón manifestó que dicha expresión puede comprenderse como síntomas y reacciones permanentes en la mente y reacciones de estrés postraumático debido al duelo alterado”.

 La mayoría de mujeres sufre padecimientos físicos crónicos producto de los vejámenes sufridos. Una de ellas falleció recientemente, pero ofreció su declaración en calidad de prueba anticipada, por lo que su historia será escuchada. Otra de las consecuencias de los crímenes sufridos por las mujeres, es que se niegan a rehacer su vida en pareja, porque sufren el temor de  ser violentadas nuevamente.

 Finalmente, la experta recomendó al Estado que cumpla con el principio de reparación integral adoptado por el Derecho Internacional Humanitario, por lo que debe haber compensación material, legal, psicológica, individual y colectiva. Debe haber restitución, indemnización y garantías de no repetición de los hechos para las mujeres.

 En la octava jornada de audiencias en la Sala de Vistas, donde se juzga al coronel Esteelmer Francisco  Reyes Girón y al excomisionado militar Heriberto Valdez Asig, también acusado de los delitos de desaparición forzada y asesinato, el tribunal escuchó, además de los peritajes de Pinzón y Barrios, dos análisis antropológicos forenses.

 Ambos peritajes determinaron que, debido a la posición en que fueron encontradas las osamentas, “la inhumación fue realizada por personas no allegadas a las víctimas”. Además, que “las fracturas que afectan … son compatibles con proyectil de arma de fuego”.

  Por Equipo de Comunicación MTM

 

Peritajes fortalecen credibilidad de los testimonios de sobrevivientes de Sepur Zarco

Peritajes fortalecen credibilidad de los testimonios de sobrevivientes de Sepur Zarco

 “Los relatos tienen credibilidad clínica; son propios de víctimas de tortura y persecución”, concluyó la psiquiatra forense Karen Peña Juárez, del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), esta mañana en su declaración al Tribunal de Mayor Riesgo A. La experta ofreció en la segunda semana de audiencias por el caso Sepur Zarco, las conclusiones del peritaje que realizó en 2012, a 18 sobrevivientes.

El Caso Sepur Zarco juzga al excomisionado militar Heriberto Valdez Asig y al coronel Francisco Esteelmer Reyes Girón, por los delitos de violencia sexual, esclavitud sexual y doméstica cometida contra 11 mujeres q’eqchís, entre 1982 y 1983, en El Estor, Izabal.

La experta del Inacif fue contundente cuando dijo al tribunal que “las evaluadas no tienen la capacidad de fabular los hechos”, además, aseveró: “es improbable que exista una ganancia [para las sobrevivientes], porque se enfrentan a sus victimarios y volverán a vivir los hechos”. El tribunal escuchó además, a dos peritos de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG), que dieron a conocer conclusiones de las investigaciones históricas y antropológicas en relación al caso.

Las secuelas

La experta del Inacif aseguró que “existe relación directa entre el abuso continuado y el deterioro de la calidad de vida” de las sobrevivientes. Las mujeres de Sepur Zarco fueron sometidas a seis y ocho meses de violaciones sexuales sistemáticas y al trabajo forzado, dentro y en los alrededores del destacamento. Otras sufrieron los vejámenes hasta por seis años; una de ellas quedó embarazada y sufrió un aborto.

Una de las sobrevivientes narró que fue violada “un día sí y un día no”, por los mismos cinco soldados durante seis meses. Hechos tuvieron impactos fuertes en la vida de las sobrevivientes y de la comunidad, según explicó la perito. “Sufren de estrés psicológico continuado, hubo ruptura del tejido social y pérdida de familiares”, ilustró al tribunal.

Las y los sobrevivientes también sufrieron lesiones corporales graves que en la actualidad  les provocan molestias. “Padecen hipertensión, osteoartritis, dolores crónicos de espalda, temor, recuerdos constantes de lo vivido, porque la experiencia fue catastrófica y extraordinaria”, dijo la experta.

De acuerdo con la perito, que además de haber entrevistado a los 18 sobrevivientes, realizó exámenes mentales y físicos, “la mayoría de personas que evalué tienen una visión de vida de acuerdo a esa experiencia catastrófica”.

Debido a que la violencia generalizada y sexual sistemática a la que los militares sometieron a las mujeres y hombres de Sepur Zarco, todas las sobrevivientes se sentían decaídas, según la psiquiatra forense. “Cuando las entrevisté [en 2012] las vi bastante desnutridas, su calidad de vida es muy mala”, explicó.

Asimismo, recomendó que las víctimas reciban cuidado integral de su salud, apoyo económico y material para una vida digna.

 

Por Equipo de Comunicación MTM

 

Mujeres se solidarizan con sobrevivientes de Sepur Zarco

Una semana ha transcurrido desde el arranque del juicio histórico que se desarrolla en Guatemala,  en el que 11 mujeres fueron víctimas de violencia sexual, esclavitud sexual y doméstica cuando estuvieron cautivas en el destacamento militar de Sepur Zarco, El Estor, Izabal, entre 1982 y 1986.

Por ello mujeres guatemaltecas, dirigentes de movimientos sociales a favor de las mujeres se solidarizan y aplauden el coraje de las sobrevivientes de la guerra en Guatemala.

“Es un momento histórico después de largos años por fin se llega a juicio, y por otro lado la valentía de mujeres víctimas que después de tanto tiempo lograron romper el silencio y lograron nombrar esos hechos tan dolorosos y violentos que se dieron en el marco del conflicto armado interno” añade Ana Silvia Monzón,  coordinadora de Voces de Mujeres.

“Este lugar de la justicia ha sido negado por décadas a las mujeres indígenas, campesinas, sobre todo de las regiones alejadas. Las mujeres Ixiles y Qeqchi´s están dando una lección de dignidad al decir si se puede y ver cara a cara la realidad que sucedió en las décadas de los años 1980”, agregó la entrevistada.

Todo ello nos debe conmover y motivar para exigir a las actuales autoridades que esto no se puede repetir. “No es un acto de venganza, es un acto de reparación de dignidad, sin una finalidad   económica”  esto debe de dar vergüenza, propiciar libertad y confianza, pero apegadas a derecho afirma Monzón.

Rosalina Tuyuc, Premio Niwano por la Paz 2012 y coordinadora de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala -CONAVIGUA- señaló: “son pequeños pasos que la justicia está dando,  lo que hizo el ejército  en las comunidades indígenas no fue correcto, la  violación sexual se cometió contra las niñas, adolescentes, mujeres embarazadas, la muerte de hombres, ancianos, la destrucción de cultivos y viviendas fue algo devastador y difícil de olvidar,  por ello la  búsqueda de la justicia es universal”

Es una responsabilidad internacional donde las  instituciones que velan por los derechos humanos deben acompañar este proceso como muestra de compromiso y solidaridad, pero sobre todo con la convicción que estos hechos no pueden repetirse.

 Paula Barrios, coordinadora de Mujeres Transformando el  Mundo –MTM- dijo que Sepur Zarco es el primer caso en que mujeres  q´eqchis denuncian ante la justicia violación y explotación sexual durante el conflicto armado interno.

Women Transforming the World (Mujeres Transformando el Mundo – MTM) plaintiffs of the Sepur Zarco case

“We feel satisfied that the women survivors from Sepur Zarco are present at the beginning of the Trial”, expressed Paula Barrios, director of Women Transforming the World (Mujeres Transformando el Mundo – MTM), plaintiffs in the Sepur Zarco case.

 The representative of MTM indicated that even though every men and women have the right to have access to justice, the indifference, discrimination and the stigma that exists in the judicial system makes it impossible for a woman, and even worse if she is indigenous, to have access to be in court and that justice be done.

 Barrios further detailed that Women Transforming the World (Mujeres Transformando el Mundo – MTM) conducted through strategic litigation six years of work in the case; in order to break down the walls of impunity that alienates women to be subjects of right and to live their life free from violence. 

 Three days after de initiation of the trial, the testimonies of men and women have been heard narrating before the Court of High Risk A presided by the judge Yassmin Barrios, what they lived during the 80’s in Sepur Zarco because of the Guatemalan army.  The representative of MTM said that what was told by the witnesses ratifies what was declared by the women survivors in the year 2012 as anticipated evidence.

 At the same time she said that they will continue to expose the evidence that they have to sustain the crimes that cornel Esteelmer Francisco Reyes Girón and the military commissioner Heriberto Valdez Asig have been accused of.

 The coordinator of MTM said that due to the precision of how the hearing has developed, we expect that at the end of February we can count on a ruling.

 The major players of this trial are the women survivors that have not caved in the way of seeking justice, Barrios indicated.  “This sets a precedent at national and international level because the women survivors of sexual violence, sexual and domestic slavery are in front of a national court witnessing the hearings where the responsible of those crimes are being judged”.

 The representative of MTM make a call to students, social organizations, women organizations, indigenous young women, farmers as well as individuals to witness the hearings and be part of this historic trial that is taking place in Guatemala.

 

 

Women Survivors of Sepur Zarco: The path to justice has not been easy, but they are present

““I am very happy to be able to follow the path of justice, today I offer a greeting to all

women” said the president of the Collective Jalok U, a woman survivor of Sepur Zarco.

The president of the Collective in different occasions expressed her happiness when she

mentioned that 30 years have gone by before being able to find justice and today they can

advance in the path that they started.  She recognizes that they dealt with fear, they

thought and had to analyze that it was crucial to tell what they had gone through at the

military settlement Sepur Zarco so that history would not repeat itself.

The survivor pointed out that in their path to search for justice it’s been important the

solidarity and companionship of the women from other communities, towns and

organizations; additionally she said that the women survivors are organized through

Collective Jalok U, change of face in the q’eqchi language, and that being organized has

been important to feel the unity and strength so they are not afraid of speaking.

 “We cried allot when we spoke, when we shared what had happened to us”, said the

representative of the women; additionally she said that when they initiated the process of

searching for formal justice they felt pain and thought better not to speak about it

because when they spoke of what had happened that caused them to hurt and feel pain.

 “So those who listen will know that we are saying the truth”, “I find myself in this

important struggle of keep looking for my husband…”, “…what I want is to find my

happiness and find justice for us so that we can be in peace”, the president of Collective

Jalok U ended saying.

The 11 q’eqchi women victims of sexual violence, sexual and domestic slavery done by the

army of Guatemala during the internal armed conflict, were lcated at the right side of the

Visitors Room of the Supreme Court of Justice; they attentively were listening and

observing the development of the trial Sepur Zarco.

Their faces were covered all the time while they were viewing the witnesses take their

turns to narrate during the trial what they and their families had gone through.  While

they were listening to the witnesses, after they swore to say the truth and answer the

questions that they were asked, the survivors would lower their faces to dry the tears.

The fight and perseverance of the women survivors of Sepur Zarco makes history at a

national and international level, because it’s the first case at a worldwide level that it’s

been taken to a national court for the crimes of sexual violence, sexual and domestic

slavery, and other cases of sexual violation during the armed conflicts like in Yugoslavia

and Rwanda have been aired in international agencies.

Por Equipo de Comunicación MTM

Trial Sepur Zarco: “An opportunity to transform justice for women”

This Monday, February 1 the first trial hearing took place against Lieutenant Cornel Esteelmer Francisco Reyes Giron and the Military ex-commissioner Heriberto Valdez Asig, who are being accused by the Prosecutor for Human Rights of the Public Ministry of committing crimes of sexual violence, sexual slavery and domestic slavery against the q’eqchi women, originally from the community of Sepur Zarco, at El Estor, Izabal.

 After a 30 year wait to be able to access formal justice, the women survivors were present at the Visitors Room of the Supreme Court of Justice, where the opening of the oral and public debate took place by the High Risk Court A,  composed by the judges Yassmin Barrios –President-, Patricia Bustamante and Gerbi Sical, -substitutes.  The women survivors try not to have more impunity for crimes against humanity that were committed against them between 1982 and 1983, during the internal armed conflict that lasted more than 36 years in Guatemala.

 Reyes Girón was the commander of the military settlement Sepur Zarco, where men and women residents of different communities were illegally detained and subjected to cruel and inhumane treatment.  As per the Public Ministry (Ministerio Público – MP), Reyes Girón violated the International Humanitarian Right, as the soldiers, under his command, committed the inhumane treatment to the civilian and noncombatant population of women, men, girls and boys.

 The accused Heriberto Valdez Asig was a military commissioner during the armed conflict and he was a municipal policeman for the municipality of Panzós, Alta Verapaz.

 

Women’s body as an instrument of domination

 During the armed conflict several organized families in the communities of Sepur Zarco in El Estor, Izabal and Semochoch, Alta Verapaz , were trying to find a way to legalize their lands so they were performing dealings with the already disappeared National Institute for Agrarian Transformation (Instituto Nacional de Transformación  Agraria – INTA).  The soldiers of the Sepur Zarco military settlement went to the communities and illegally detained the organized men and afterwards some of them were held in pits inside the military settlement.

 “As in the context of war the army considered them enemies.  The wives and daughters of the detained men were considered available single women and because of that they were sexually abused and they were subjected to sexual and domestic servitude”, said the female plaintiff lawyer from the Guatemalan Women’s Union (Unión de Mujeres Guatemaltecas – Unamg).

 As per the testimony offered by the surviving women as anticipated evidence, they were forced to cook and wash the soldiers clothing.  They were forced too, to continually have sexual intercourse with them.

 As per the plaintiff’s attorney criterion from the Collective Jalok U (Colectiva Jalok U) Esteban Zelada, the trial is to do a transformative justice for the women.  He mentioned too that the committed crimes against the women from Sepur Zarco must not go unpunished as it “offends the conscience of humanity”

 

Witnesses declare

 During the first day of the oral and public debate that took place in the Visitors Room of the Supreme Court of Justice, dozens of nationals and foreign people brought their support to the victims of the first trial for sexual violence, sexual and domestic slavery as in the context of war.

 Pedro Cuc, first witness originally from Sepur Zarco, recounted the pain and suffering of the men, women, elders, boys and girls that were caught by the members of the army and how they were subjected to forced labor.

 Juan Maquin Caal, a witness too stated: “When we ran away from our community towards the mountain approximately 92 people died because of the army”.  He cried afterwards as he remembered the disappearance of his uncle, while he continued giving his testimony.  At the same time, Mr. Maquin Caal told the Court that his mother confided in him that she had been sexually violated by the soldiers of Sepur Zarco who were under the command of Reyes Girón.

 “The responsibility falls on the leaders of the military settlement of Sepur Zarco for the abuse committed on my companions” said Rogelio Huitz Choc, third witness of the day, who pointed directly towards Heriberto Valdez as responsible of illegally detaining his father.  During the development of the trial hearing Mr. Rogelio showed his thorax where you could see the scars left from being tortured.  He mentioned too that they fractured some of his ribs and hip.

 In the Visitors Room of the Supreme Court of Justice the women representatives of Women Transforming the World (Mujeres Transformando el Mundo – MTM) and the Guatemalan Women’s National Union (Union Nacional de Mujeres Guatemaltecas – UNAMG) were present as plaintiffs in the case.

 Women of several different organization showed their support to the surviving women, by covering their head and face with a typical wrap to show their solidarity.

 

Por Equipo de Comunicación MTM