Women Transforming the World (Mujeres Transformando el Mundo – MTM) plaintiffs of the Sepur Zarco case

“We feel satisfied that the women survivors from Sepur Zarco are present at the beginning of the Trial”, expressed Paula Barrios, director of Women Transforming the World (Mujeres Transformando el Mundo – MTM), plaintiffs in the Sepur Zarco case.

 The representative of MTM indicated that even though every men and women have the right to have access to justice, the indifference, discrimination and the stigma that exists in the judicial system makes it impossible for a woman, and even worse if she is indigenous, to have access to be in court and that justice be done.

 Barrios further detailed that Women Transforming the World (Mujeres Transformando el Mundo – MTM) conducted through strategic litigation six years of work in the case; in order to break down the walls of impunity that alienates women to be subjects of right and to live their life free from violence. 

 Three days after de initiation of the trial, the testimonies of men and women have been heard narrating before the Court of High Risk A presided by the judge Yassmin Barrios, what they lived during the 80’s in Sepur Zarco because of the Guatemalan army.  The representative of MTM said that what was told by the witnesses ratifies what was declared by the women survivors in the year 2012 as anticipated evidence.

 At the same time she said that they will continue to expose the evidence that they have to sustain the crimes that cornel Esteelmer Francisco Reyes Girón and the military commissioner Heriberto Valdez Asig have been accused of.

 The coordinator of MTM said that due to the precision of how the hearing has developed, we expect that at the end of February we can count on a ruling.

 The major players of this trial are the women survivors that have not caved in the way of seeking justice, Barrios indicated.  “This sets a precedent at national and international level because the women survivors of sexual violence, sexual and domestic slavery are in front of a national court witnessing the hearings where the responsible of those crimes are being judged”.

 The representative of MTM make a call to students, social organizations, women organizations, indigenous young women, farmers as well as individuals to witness the hearings and be part of this historic trial that is taking place in Guatemala.

 

 

Juicio Sepur Zarco: “Los testimonios dan cuenta de una verdad que estuvo siempre oculta”

Los testimonios ofrecidos por varios testigos en el cuarto día de audiencias por el caso Sepur Zarco, corroboraron que en varias comunidades de  El Estor, Izabal, hubo, al menos, tres destacamentos militares, en donde se cometieron crímenes de guerra contra mujeres y hombres q’eqchís, entre l982 y 1983.

 Las y los testigos que el Tribunal de Mayor Riesgo A escuchó este jueves 4 de febrero, dijeron haber estado detenidos en los destacamentos conocidos como Tinajas, Pataxte y Sepur Zarco.

 El ejército había negado la existencia de estos lugares, sin embargo, las mujeres y hombres que contaron su historia en la Sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), confirmaron que  hubo destacamentos en donde los hombres de varias comunidades fueron detenidos, torturados y ejecutados extrajudicialmente, mientras otros obligados a trabajar y las mujeres violadas y esclavizadas sexualmente.

 Muchas otras mujeres fueron desparecidas y también ejecutadas extrajudicialmente, como es el caso de Dominga Coc, junto con sus hijas de 3 y 2 años, en 1982, en el destacamento de Sepur Zarco.

 “Mi yerno me contó que les hicieron mucho daño. A ella la lastimaron en su cuerpo porque la violaron”, contó doña Julia Coc, su madre al tribunal. “Vengo a decir la verdad, no a mentir. Vengo a declarar  sobre la ejecución de mi hija y de mis nietas, porque fue grande el sufrimiento de mi hija cuando estuvo en el destacamento”, aseguró la valiente testigo que cuidó a su yerno enfermo, luego de que éste escapara del destacamento de Pataxte, donde también estuvo detenida su hija.

 Dominga fue ejecutada a la orilla de un riachuelo cercano al destacamento militar, según el relato de doña Julia. Un excomisionado militar, de nombre Miguel Maas  -ya fallecido-, le confesó a la madre de Julia, que su hija fue llevada al río por los soldados y, a la orilla del río la obligaron a cavar una fosa que sirvió como su tumba y la de sus hijas.

 Doña Julia presenció la exhumación de las osamentas de su hija y nietas y reconoció los cabellos y la ropa. “Dentro de la fosa estaban sus huesos y su cabello y un rollo de hilo, que era de su ropa. Ahí encontraron los calzoncitos de mis nietas”, narró la sobreviviente.

 En el cuarto día de audiencias el tribunal escuchó los relatos de cuatro testigos hombres, además de doña Julia. Todos fueron obligados por los soldados a realizar trabajos de patrullaje, en supuesto búsqueda de “delincuentes”. Los testigos aseguraron que “nunca” vieron a quienes los militares consideraban los delincuentes.

 “Estuve mucho tiempo en Tinajas, después me llevaron a Sepur Zarco, ahí nos obligaron a trabajar”, dijo don Marcos Tut, de 76 años. Durante el tiempo en que realizó trabajos forzados, don Marcos dijo: “Nosotros estábamos en las garitas, hacíamos turnos en las entradas para que no entraran los guerrilleros. Ahí mirábamos cuando entraban y salían las mujeres a las que les hicieron daño”.

Las historias de don Domingo Tzup, Domingo Choc, Vicente Choc y Domingo Coc, son desgarradoras. Todos aseguraron haber sido obligados a trabajar en el destacamento de Sepur Zarco. Todos fueron testigos de la detención de sus familiares: suegros, padres, hermanos, vecinas y otros civiles de comunidades aledañas.

 Todos los testigos tienen en común haber pertenecido a una de las familias que realizaban gestiones para la titulación de la tierra en que vivían desde hacía mucho tiempo. Además, las tierras en que habitaban se ubicaban en el Valle del Polochic, una zona rica naturalmente, donde la represión fue brutal.

 De acuerdo con Paula Barrios, coordinadora general de Mujeres Transformando el Mundo (MTM), las autoridades locales fueron cómplices del despojo de tierra que también sufrieron las poblaciones q’eqchís de la región. “Estos hechos se enmarcan en una región donde muchos terratenientes se fueron apropiando de grandes cantidades de tierra que la municipalidad de Panzós, Alta Verapaz, les facilitaba”.

 La querellante asegura que el caso de Sepur Zarco es evidencia de que la represión contra las comunidades del Valle del Polochic, fue una estrategia que el ejército desarrolló en complicidad con finqueros y autoridades locales, ya que los esposos de las 11 mujeres sobrevivientes, eran parte del grupo de comunitarios que gestionaba la titulación de sus tierras en el desaparecido Instituto Nacional de Transformación Agrícola, (INTA).

 De la sobrevivencia a la ciudadanía

 “Las voces de las mujeres testigas tienen mucha más fuerza. Si el caso Sepur Zarco demuestra algo es la valentía de las mujeres, no solo de las que denuncian, sino de todas las que acompañan el proceso”, comentó Ada Valenzuela, representante de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas, organización querellante.

 La activista considera que el caso de Sepur Zarco es una oportunidad para que toda la sociedad aprenda. En especial, afirma, para que la juventud se forme.

 Las mujeres rompieron el silencio después de más de 30 años de haber sufrido todo tipo de violación a su dignidad y humanidad. Todavía la herida sigue viva y entre sollozos y lágrimas las y los testigos cuentan su verdad, con valentía recuerdan a toda una sociedad y al mundo, que el dolor y el horror provocado por la guerra no deben ser olvidados.

 “Todos los testigos han narrado hechos que cazan. Es difícil que alguien luego de escucharlo no se conmueva o dude de la verdad de los sobrevivientes”, dijo la querellante.

 Barrios consideró que: “Para los testigos no es fácil hablar de tanto dolor que han vivido. Pero es un momento importante para que se escuche su verdad desde su propia voz. Es trascendental que vengan ante un tribunal y expongan desde su propia voz lo que les pasó. Es un acto de dignidad para las mujeres y los hombres”, señaló.

 Antes y después de las declaraciones las y los testigos tienen acompañamiento y atención psicosocial. “Creo que también la sociedad guatemalteca debe responder a los testimonios, porque si no nos afecta lo que estas personas narran, con tanto dolor que marcó la guerra también necesitamos ese acompañamiento. No puede ser que no nos sorprendamos y que seamos indiferentes”, dijo Barrios.

 Las querellantes consideran que el juicio de Sepur Zarco también permite conocer una verdad que ha estado ahí siempre. Las organizaciones que acompañan a las sobrevivientes consideran que para sanar “debemos saber lo que pasó y buscar los mecanismos para resarcir a las víctimas y para que estos hechos no vuelvan a ocurrir en ningún contexto con la niñez y adolescencia de este país”.

 Finalmente, Barrios explicó que las mujeres sobrevivientes tienen la oportunidad de formarse como ciudadanas. “En ese transcurrir, las mujeres se han formado en el ejercicio de su ciudadanía que es un aspecto importante del acceso a la justicia. Ellas controlan lo que está sucediendo  en esta sala de audiencias. El fin de la justicia es que las víctimas transiten a sobrevivientes y de allí a ser sujetas de derechos”, concluyó.

 Por equipo de Comunicación MTM

Sobrevivientes narran vejámenes vividos en Sepur Zarco

Por tercer día se realizó el juicio en contra del teniente Esteelmer Francisco Reyes Girón, y el excomisionado militar Heriberto Valdez Asig, por las violaciones continuadas de 11 mujeres en el destacamento militar de Sepur Zarco, entre 1982 y 1986.

El Ministerio Público (MP) continuó con la presentación de testimonios y pruebas anticipadas de las víctimas, con apoyo de los querellantes en el caso  Mujeres Transformando el Mundo -MTM- y la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas -UNAMG-.

Por medio de la prueba anticipada se conocieron los testimonios grabados  de mujeres víctimas de violaciones y agresiones sexuales. Ante la Sala Vistas de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), y  por medio de tres pantallas, se pudo escuchar y ver el testimonio grabado de Catalina Mash, de 70 años, quien narró que en 1982 los soldados de Sepur Zarco “las violaron sexualmente en repetidas ocasiones”.

Mash mencionó: “Don Canche (Heriberto Valdez) llegó a nuestras comunidades y llevó a los militares”. Con voz entrecortada, la víctima declaró ante la Fiscalía de Derechos Humanos del MP, la forma en que la tomaron a la fuerza, le sujetaron las manos, y tres hombres la violaron varias veces en un mismo día.

Con lágrimas en su rostro relata: “Mi hijo de 10 años fue sobreviviente y testigo de la tortura de su padre, mis hijos mayores fueron los encargados de enterrarlo”. Además narró  cuando mataron a machetazos a su hija embarazada.

Otro testimonio escuchado como anticipo de prueba, fue el de Rosario Xoc, de 52 años quien relató:  “Cerca del río donde iba a lavar, varios hombres me tomaron a la fuerza, me violaron, mi hijo pequeño gritaba al ver lo que me hacían, pero nadie me ayudó”

Xoc, también con voz cortada, relató cómo los soldados se llevaban a sus esposos, los lastimaban y los obligaban a trabajos forzados sin ninguna remuneración. Este testimonio quedó grabado en video para ser parte de la prueba anticipada presentada en el juicio contra los exmilitares.

Lo antes descrito fue transmitido a solicitud del ente investigador y los querellantes adhesivos como prueba anticipada de las 11 mujeres sobrevivientes. Se estableció que se procedió de esta manera por resguardar la seguridad e integridad de las testigos.

Catalina y Rosario recuerdan que los militares se llevaban a los hombres y ancianos para golpearlos, torturarlos, matarlos y enterrarlos en las fosas.

Las declaraciones de las mujeres sobrevivientes fueron recibidas por el Juez Miguel Ángel Gálvez el 24 de septiembre de 2012, en calidad de prueba anticipada.

En el tercer día de audiencia Mateo Rash Maquín, originario de San Pedro Carchá, Alta Verapaz se presentó ante el tribunal en calidad de testigo. Acompañado de un intérprete, Rash señaló: “Sí conozco a los acusados, son responsables de muchas muertes,  los militares agarraban a la gente y les cortaban las orejas y cuello, lo que nos hacían dejó marcas en nuestros cuerpos”.

En el tercer día de audiencias se mostró la solidaridad de hombres y mujeres de diferentes lugares del país, quienes se hicieron presentes en la Sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia.

Por equipo de comunicación

Mujeres Transformando el Mundo querellantes del caso Sepur Zarco

“Nos sentimos satisfechas que las mujeres sobrevivientes de Sepur Zarco estén presentes en el inicio del Juicio”, expresó Paula Barrios directora de  Mujeres Transformando el Mundo MTM,  querellante en el caso Sepur Zarco.

 La representante de MTM indicó que aunque todo hombre y mujer tiene derecho a acceder a la  justicia, la indiferencia,  discriminación y el estigma, que se vive en el sistema judicial imposibilita a que una mujer y aún más si es indígena tengan acceso a estar ante un tribunal y que se le haga justicia.

 Barrios detalló de Mujeres Transformando el Mundo llevó a cabo a través de un litigo estratégico un trabajo de más de seis años en el caso; con el fin de derrumbar los muros de la impunidad que aleja a las mujeres a ser sujetas de derecho y de vivir una vida libre de violencia.

 Durante tres días después de dar inicio el juicio, se han escuchado testimonios de hombres y mujeres que narraron ante el Tribunal de Mayor Riesgo A presidido por la jueza Yassmin Barrios, lo que vivieron durante los años 80 en Sepur Zarco por parte del ejército de Guatemala. La representante de MTM dijo que lo narrado por los testigos ratifica lo declarado por las mujeres sobrevivientes en el año 2012 como anticipo de prueba.

 Asimismo dijo que se continuarán exponiendo los medios de prueba que se tienen para sustentar los delitos por los cuales son acusados el coronel Esteelmer francisco Reyes Girón y el comisionado militar Heriberto Valdez Asig.

 La coordinadora de MTM dijo ante la precisión con que se  han desarrollado las audiencias, se espera que a finales de febrero ya se cuente con una sentencia.

Las protagonistas de este juicio son las mujeres sobrevivientes que no han claudicado en el camino de búsqueda de la justicia, indicó Barrios.  “Esto sienta un precedente a nivel nacional e internacional porque las mujeres sobrevivientes de violencia sexual, esclavitud sexual y doméstica están ante un tribunal nacional presenciando las audiencias donde se juzga a los responsables de tales crímenes”, detalló.

 La representante de MTM hizo un llamado a estudiantes, organizaciones sociales, organizaciones de mujeres de jóvenes indígenas campesinos así como a personas particulares a presenciar las audiencias y acompañar el juicio histórico que se desarrolla en Guatemala.

 

Testigos: “Don Canche y un tal teniente Reyes, mandaban ahí”

En el segundo día de audiencia del histórico juicio que por primera vez en Guatemala juzga los delitos de violencia sexual, esclavitud sexual y esclavitud doméstica, cuatro testigos narraron cómo varias mujeres fueron violadas sexualmente por soldados en los destacamentos Las Tinajas, Pataxte y Sepur Zarco, ubicados en El Estor, Izabal en 1982. Los testigos también señalaron al excomisionado militar Heriberto Andrés Valdez Asig y al coronel Esteelmer Francisco Reyes Girón como personas con poder y quienes mandaban para que se cometieran los actos atroces contra las mujeres, hombres, niñas y niños.

“Yo lo viví. Lo sufrimos mucho. Nos fuimos a refugiar en la montaña porque en esa época los soldados llegaban a las comunidades para llevarse a la gente. Teníamos tanto miedo que nos fuimos a la montaña a escondernos”, narró Petrona Choc Cruz de 75 años. Doña Petrona explicó al Tribunal de Mayor Riesgo A, con voz firme, cómo en 1982 y 1983 el ejército los persiguió en la montaña a ella, a su esposo y a sus cuatro hijos que aún eran niños pequeños. “Cuando nos agarraba la noche en la montaña nos envolvíamos con nailos”, contó.

La constante persecución y las ejecuciones de varios de sus integrantes por parte del ejército obligaron a las mujeres, hombres, niñas y niños pequeños, a salir de la montaña. La testigo declaró que su esposo, Manolo Mes Chub, fue asesinado por los soldados cuando salió a buscar comida con cinco personas más. Por esa razón:“De la montaña fuimos al destacamento (Sepur Zarco) para entregarnos. Allí nos arrodillamos y pedimos perdón para que nos dejaran entrar”, contó doña Petrona Choc.

La sobreviviente narró cómo ella y otras mujeres fueron forzadas a cocinar y lavar la ropa de los soldados: “Nos tocaba limpiar arroz y frijol y cocinar unas grandes olladas. Ahí nos violaron. Nos decía que ya nadie iba a preguntar por nosotras”, recordó. También dijo: “Nos violaban después de bañarnos, un hombre gordo era el primero, después venían otros menuditos”. Candelaria Mes Choc, hija de doña Petrona, también fue violada sexualmente por los soldados en el destacamento de Sepur Zarco.

 

Represión a la lucha por la tierra

Los cuatro declarantes dijeron haber sido perseguidos, atacados, detenidos y obligados a permanecer en el destacamento de Tinajas, Pataxte y posteriormente en el de Sepur Zarco y en sus alrededores, porque estaban haciendo trámites para legalizar sus tierras. “Se enojaron con nosotros porque estábamos legalizando un lote en Sepur Zarco”, recordó doña Petrona Choc.

Santos Be Xol, uno de los testigos, relató como la señora Manuela Tiul y otras mujeres fueron violadas en el destacamento de Pataxte. “Doña Manuela me contó que fueron violadas varias mujeres”, contó don Santos.

Manuel Ical también narró al Tribunal cómo debió escapar con su familia y vecinos de su comunidad porque los soldados se llevaron a varios hombres al destacamento de Tinajas; tres de ellos nunca volvieron y no supieron su paradero. “Ahí empezó nuestra angustia porque no sabíamos qué estaba pasando”, dijo don Manuel.

Las vejaciones y abuso cometidos por los soldados, se repite en la historia de don Mariano Caal. Al igual que don Santos y don Manuel, fue forzado por los soldados a construir el destacamento Sepur Zarco. En ese tiempo, don Mariano fue testigo del trabajo forzado al que varias mujeres fueron sometidas por el ejército: “Yo no estuve detenido, pero cuando trabaje para ellos miraba a las mujeres tortear y preparar arroz y frijol. A ellas no solo les mataron a sus esposos, sino que después las torturaron de esa manera. Fue injusto”, lamentó don Mariano.

Los testigos dijeron que quien dirigía a los soldados se llamaba teniente Reyes. Además, contaron que el Canche Asig (Heriberto Reyes) siempre tenía una lista en la mano y quien aparecía ahí era capturado.

En la apertura a juicio realizada el 1 de febrero de 2016, representantes de la Alianza contra el Silencio y la Impunidad, de la cual Mujeres Transformando el Mundo (MTM) forma parte, aseguraron que el proceso que se desarrolla para juzgar crímenes contra los deberes de la humanidad, es una oportunidad para Guatemala y el mundo, para hacer justicia.

Por Equipo de comunicación

Sobrevivientes de Sepur Zarco, presencian juicio

“Me encuentro muy contenta de seguir el camino de la justicia, hoy brindo un saludo a todas las mujeres“, dijo la presidenta de la Colectiva Jalok U, mujer sobreviviente de Sepur Zarco.

La presidenta de la colectiva en reiteradas ocasiones expresó su alegría al señalar que han pasado más de treinta años para que se les haga justicia y hoy ven un avance en el camino que iniciaron, reconoce que vivieron mucho miedo, pensaron y analizaron que era fundamental que contaran lo que tuvieron que vivir en el destacamento Sepur Zarco para que la historia no se repita.

Señala la sobreviviente que en el camino en búsqueda de la justicia ha sido importante  la solidaridad y acompañamiento de mujeres de otras comunidades, pueblos y organizaciones; añade que las mujeres sobrevivientes están organizadas en la Colectiva Jalok U, cambio de rosto en idioma q’eqchi’, añade que estar organizadas ha sido importante para sentir la unidad y la fortaleza y ya no tener miedo al hablar.

“Lloramos mucho cuando hablamos, cuando contamos lo que nos pasó”, expresó la representante de las mujeres; quien agregó que cuando iniciaron el proceso de búsqueda de la justicia formal sentían mucho dolor y pensaban no hablar no decir nada porque el hablar de lo sucedido les lastimaba y causaba dolor.

“Que quienes escuchan sepan que estamos diciendo la verdad, “me encuentro en esta lucha importante yo sigo  buscando a mi esposo…”, “…lo que quiero es encontrar mi felicidad y que haya justicia para nosotras para que podamos quedar tranquilas”, finalizó la presidenta de la Colectiva Jalok U.

Las 11 mujeres q´eqchi´  víctimas de violencia sexual esclavitud sexual y doméstica por parte del ejército de Guatemala en tiempo del conflicto armado interno, permanecieron todo el desarrollo de la audiencia al costado derecho de la Sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia; quienes de manera atenta escuchaban y observaban el desarrollo del juicio Sepur Zarco

Sus rostros permanecieron cubiertos todo el tiempo mientras veían pasar a testigos quienes narraron ante el tribunal lo que vivieron ellos y sus familias.  Al escuchar a los testigos quienes juraron decir la verdad y responder ante el tribunal las preguntas que se les realizaran, las sobrevivientes agachaban el rostro y secaban sus lágrimas.

La lucha y perseverancia de las mujeres sobrevivientes de Sepur Zarco hace historia a nivel nacional e internacional, porque es el primer caso a nivel mundial que se lleva en una corte nacional por delitos de violación sexual, esclavitud sexual y doméstica, otros casos de violación sexual durante conflictos armados como en Yugoslavia y Ruanda se han ventilado en instancias internacionales.

 

Por: Equipo de Comunicación MTM

Juicio Sepur Zarco: “Una oportunidad para hacer justicia transformadora para las mujeres”

Este lunes 1 de febrero se llevó a cabo la primera audiencia del juicio contra el teniente coronel Esteelmer Francisco Reyes Girón y el excomisionado militar Heriberto Valdez Asig, a quienes la Fiscalía de Derechos Humanos del Ministerio Público (MP) acusa de haber cometido los delitos de violencia sexual, esclavitud sexual y esclavitud doméstica, contra de  mujeres q’eqchís, originarias de la comunidad Sepur Zarco, en El Estor, Izabal.

Luego de 30 años de espera para acceder a la justicia formal, mujeres sobrevivientes asistieron a la Sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), donde tuvo lugar la apertura del debate oral y público, a cargo del Tribunal de Mayor Riesgo A, integrado por las juezas Yassmin Barrios –presidenta-, Patricia Bustamante y Gerbi Sical, -suplentes. Las mujeres sobrevivientes procuran que no haya más impunidad en los crímenes de lesa humanidad cometidos en su contra entre 1982 y 1983, en el marco del conflicto armado interno que duró más de 36 años en Guatemala.

Reyes Girón era el comandante del destacamento militar Sepur Zarco, donde hombres y mujeres pobladores de varias comunidades fueron detenidos ilegalmente y sometidos a tratos crueles e inhumanos. Según el MP, Reyes Girón violó el Derecho Internacional Humanitario, debido a que los soldados que comandaba cometieron los vejámenes contra población civil no combatiente, mujeres, hombres, niñas y niños.

El acusado Heriberto Valdez Asig fue comisionado militar durante el conflicto armado y fungía como policía municipal en el municipio de Panzós, Alta Verapaz.

 El cuerpo de las mujeres como instrumento de dominación

 Durante el conflicto armado varias familias organizadas de las comunidades de Sepur Zarco, en El Estor, Izabal, y Semochoch, Alta Verapaz, buscaban la forma de legalizar sus tierras y realizaban las gestiones en el desaparecido Institución Nacional de Transformación Agraria (INTA). Los soldados del destacamento de Sepur Zarco llegaron a las comunidades y detuvieron ilegalmente a los hombres organizados, posteriormente a algunos de ellos  los retuvieron en fosas dentro del destacamento.

“En ese contexto de guerra el ejército los consideró sus enemigos. Las esposas e hijas de los hombres detenidos fueron consideradas mujeres solas, por lo tanto, disponibles, por ello se les violó sexualmente y se les sometió a servidumbre sexual y doméstica”, dijo la abogada querellante de la Unión de Mujeres Guatemaltecas (Unamg).

De acuerdo con el testimonio ofrecido por las mujeres sobrevivientes en anticipo de prueba, fueron obligadas a cocinar y  lavar la ropa de los soldados. También fueron obligadas a sostener relaciones sexuales de manera forzada y continua.

A criterio del abogado querellante de la Colectiva Jalok U Esteban Zelada el juicio es una oportunidad para hacer justicia transformadora para las mujeres. También dijo que los hechos cometidos contra las mujeres de Sepur Zarco no deben quedar impunes porque “ofenden la consciencia de la humanidad”.

Testigos declaran

Durante el primer día del debate oral y público celebrado en la Sala de Vistas de la CSJ, decenas de personas nacionales y extranjeras brindaron su apoyo a las víctimas del primer juicio por violencia sexual, esclavitud sexual y doméstica en el contexto de guerra.

Pedro Cuc, primer testigo originario de Sepur Zarco, relató  el dolor y sufrimiento de hombres, mujeres, ancianos, niños y niñas en manos de miembros del ejército, y los trabajos forzados a los cuales fueron sometidos.

Por su parte Juan Maquin Caal, también testigo, dijo: “Cuando huíamos de nuestra comunidad hacia la montaña murieron aproximadamente 92 personas en manos del ejército”. Luego lloró al recordar a su tío desaparecido, mientras seguía brindando su testimonio. Asimismo, el señor Maquin Caal dijo al Tribunal que su madre le confesó haber sido violada sexualmente por soldados de Sepur Zarco, quienes eran comandados por Reyes Girón.

 “Los responsables de abusos a nuestros compañeros son los que dirigían el destacamento de Sepur Zarco” señaló Rogelio Huitz Choc, el tercer testigo de la jornada, quien señaló directamente a Heriberto Valdez como el responsable de detener ilegalmente a su padre. Durante el desarrollo de la audiencia don Rogelio mostró su tórax donde se observan las cicatrices de la tortura a la que fue sometido. También narró que le fueron fracturadas varias costillas y cadera.

En la Sala de vistas de la Corte Suprema de Justicia también permanecieron ante el tribunal las representantes de las Mujeres Transformando el Mundo MTM y de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas UNAMG querellantes en el caso.

También se observó a mujeres de diversas organizaciones que mostraron su apoyo a las sobrevivientes, cubriendo su rostro y cabeza con un manto típico en señal de solidaridad.

 Por Equipo de Comunicación MTM