Muxuk: “Las mujeres fueron profanadas, traspasadas, ensuciadas”

Las mujeres sobrevivientes de Sepur Zarco, fueron sometidas a violencia sexual, esclavitud sexual y doméstica de manera sistemática dentro del destacamento militar, en sus alrededores y dentro de sus propias viviendas. El impacto provocado por esos vejámenes sigue vigente en sus vidas actualmente, según peritajes presentados ante el Tribunal de Mayor Riesgo A contralor del caso.

 En la octava jornada de audiencias, la experta en antropología Social, Mayra Barrios Torres, explicó al tribunal que las 15 mujeres q’eqchís víctimas de violencia sexual por parte de los soldados, nombraron de cuatro formas a la violación sexual, en su propio idioma; el más usado fue Muxuk. El término, según la perito, tiene una significación profunda dentro de la cosmogonía q’eqchi’, que significa: “la mujer fue profanada, traspasada, ensuciada”.

 En un sentido más amplio, según el informe, el término Muxuk puede comprenderse como: “profanar lo sagrado, la profanación del altar o profanar el valor espiritual de algo; infringir (la ley o disposición), pasar por encima de la persona de otros sexo”. Asimismo, Barrios concluyó en su peritaje que: “También indica desmerecer. Este término se le vincula (muchas veces) a las relaciones sexuales y a la abstinencia sexual durante la época de la siembra de maíz”.

 La perito también dijo al tribunal que las mujeres q’eqchís tienen su propia interpretación lingüística de los hechos, por lo que un análisis especializado de sus expresiones verbales en su idioma materno también explica los impactos que las violaciones tuvieron en su vida. Por tal razón, “su mundo social y espiritual quedó destruido, quebrantado en todos los ámbitos de su vida”, puntualizó

 La estigmatización hacia las mujeres sigue vigente

 Las 11 mujeres q’eqchís fueron sometidas a violaciones sexuales, esclavitud sexual y doméstica durante períodos de seis y ochos meses. Algunas de ellas también sufrieron estas acciones que dañaron su integridad, durante seis años, período que permaneció el destacamento ubicado en la aldea del mismo nombre, ubicada en El Estor, Izabal.

 Los principales impactos psicológicos y psicosociales en la vida de las mujeres es el miedo, la vergüenza, evitación social, dificultad para conciliar el sueño y concentrarse, re-experimentación de los hechos traumáticos, susto, duelo alterado y desconfianza en las relaciones sociales, de acuerdo con el peritaje psicosocial que realizó Mónica Esmeralda Pinzón.

 La profesional en Psicología Social, con estudios en género, realizó análisis con enfoques étnico y de género, según dijo, porque era preciso comprender los relatos de las mujeres sin excluir elementos culturales propios de la etnia maya q’eqchí y para que las relaciones desiguales de poder entre hombres y mujeres fueran también visibilizadas en este caso.

 “Las mujeres llevan en si la sensación de estar manchadas por haber sido violadas”, dijo la experta. Además, señaló que el estigma para las mujeres en su comunidad fue otro de los factores con el que tuvieron que cargar, puesto que fueron señaladas como “mujeres de los soldados”. También se les decía que sus hijos eran “hijos de los soldados”, ya que sus esposos ya no estaban con ellas, porque habían sido detenidos, desaparecidos y ejecutados extrajudicialmente.

 La perito explicó al tribunal que el impacto fue “un ataque devastador al cuerpo de las mujeres”, pero también fue una agresión psicológica y social, lo cual “lastimó la cultura, la transmisión y reproducción de la cultura maya”. Hechos indudablemente cargados de racismo, de acuerdo con el análisis de la experta.

 Las mujeres q’eqchís también sufrieron el “susto”, uno de los elementos culturales analizados a la luz del enfoque étnico. Pinzón manifestó que dicha expresión puede comprenderse como síntomas y reacciones permanentes en la mente y reacciones de estrés postraumático debido al duelo alterado”.

 La mayoría de mujeres sufre padecimientos físicos crónicos producto de los vejámenes sufridos. Una de ellas falleció recientemente, pero ofreció su declaración en calidad de prueba anticipada, por lo que su historia será escuchada. Otra de las consecuencias de los crímenes sufridos por las mujeres, es que se niegan a rehacer su vida en pareja, porque sufren el temor de  ser violentadas nuevamente.

 Finalmente, la experta recomendó al Estado que cumpla con el principio de reparación integral adoptado por el Derecho Internacional Humanitario, por lo que debe haber compensación material, legal, psicológica, individual y colectiva. Debe haber restitución, indemnización y garantías de no repetición de los hechos para las mujeres.

 En la octava jornada de audiencias en la Sala de Vistas, donde se juzga al coronel Esteelmer Francisco  Reyes Girón y al excomisionado militar Heriberto Valdez Asig, también acusado de los delitos de desaparición forzada y asesinato, el tribunal escuchó, además de los peritajes de Pinzón y Barrios, dos análisis antropológicos forenses.

 Ambos peritajes determinaron que, debido a la posición en que fueron encontradas las osamentas, “la inhumación fue realizada por personas no allegadas a las víctimas”. Además, que “las fracturas que afectan … son compatibles con proyectil de arma de fuego”.

  Por Equipo de Comunicación MTM

 

“Acompañamiento psicosocial, fundamental para entender los crímenes de lesa humanidad”

Durante su camino en búsqueda de la justicia las mujeres sobrevivientes de Sepur Zarco han sido acompañadas por la Alianza Rompiendo el Silencio y la Impunidad, integrada por Equipo de Estudios Comunitarios y Acción Psicosocial ECAP,  Mujeres Transformando el Mundo MTM, Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas UNAMG las dos últimas querellantes adhesivas.

El acompañamiento psicosocial ha sido fundamental en el proceso de búsqueda de justicia, a continuación entrevista realizada a Felipe Sarti Castañeda, fundador del Equipo Comunitario de Acción Psicosocial-ECAP- parte de la Alianza Rompiendo el Silencio.

¿Cuál es su perspectiva del juicio Sepur Zarco?

En términos generales el juicio avanza bien,  estoy convencido de que los testimonios de los hombres y mujeres que se han presentado hasta el momento describen y narran todas las violaciones físicas y sexuales a las cuales fueron sometidas las sobrevivientes. No se puede dejar por un lado toda la violencia doméstica que sufrieron en el destacamento Sepur Zarco, todos son hechos reales y contundentes.

Lo valioso de los aportes del testigo protegido y los peritajes lingüísticos, antropológicos y psicológicos son una clara evidencia de lo que ocurrió en la guerra interna de Guatemala. Todo esto encamina a la  búsqueda de la verdad, sin descartar que existan fuerzas obscuras que quieran manipular la verdad de este juicio.

¿Cómo se maneja el aspecto psicosocial en las sobrevivientes del caso Sepur Zarco?

En este tipo de casos lo que les tocó vivir a las mujeres sobrevivientes es  desgarrador e inconcebible, el aspecto psicosocial es vital para poder entender los grandes crímenes de lesa humanidad. El acompañamiento ha contribuido a que las mujeres poco a poco rompan el silencio y se sientan protegidas. Es un trabajo integral e importante para que se demuestre la verdad de los hechos.

¿Cómo se brinda el apoyo psicosocial?

Con las mujeres de Sepur Zarco llevamos varios años trabajando y apoyándolas.  Cuando iniciamos este proceso nunca pensamos llegar a este momento “el juicio”. La relación de trabajo comunitario se basa en escuchar a las víctimas en reuniones individuales y grupales en sus comunidades, luego se procede a la construcción de confianza de ellas con el grupo de trabajo psicosocial “es complicado lograrlo” debido a la forma en que fueron agredidas y  la barrera del idioma.  El relato de sus sufrimientos  desde ser mujeres indígenas, madres, hijas, esposas, es algo perturbador.

¿El caso Sepur Zarco es un referente a nivel nacional e internacional?

Primero propone una búsqueda de  justicia para las mujeres, da una pauta que los crímenes de guerra deben de ser conocidos y no olvidados. Se puede denunciar y por ello se puede llegar a tribunales. Ellas son un ejemplo a seguir para diversos sectores,” sus voces han sido escuchadas”.

Es el primer caso a nivel internacional que en una Corte en Guatemala está siendo conocido un proceso judicial  por violencia sexual, violencia doméstica, esclavitud y retención en el destacamento militar. Algo fundamental  es que la parte jurídica de las querellantes  está a cargo de mujeres profesionales del Derecho Penal.

¿Cuándo termine el juicio como se dará el acompañamiento psicosocial a las mujeres de Sepur Zarco?

En caso de estas 11 mujeres cuando concluya este juicio el apoyo debe de ser periódico en los aspectos psicológicos, físicos y emocionales. Nuestra tarea es que tengan acompañamiento integral para que logren su seguridad y confianza.

Lo complicado es que son mujeres con problemas de salud, edad avanzada, molestias psicológicas, el trabajo de la Alianza Rompiendo el Silencio y La Impunidad no termina aquí debemos seguir el trabajo con las mujeres en sus propias comunidades.

No se debe de olvidar que los daños del conflicto armado interno afectaron a las mujeres, y este juicio es prueba fehaciente de ello.

Por equipo de comunicación –MTM-

Peritajes fortalecen credibilidad de los testimonios de sobrevivientes de Sepur Zarco

Peritajes fortalecen credibilidad de los testimonios de sobrevivientes de Sepur Zarco

 “Los relatos tienen credibilidad clínica; son propios de víctimas de tortura y persecución”, concluyó la psiquiatra forense Karen Peña Juárez, del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif), esta mañana en su declaración al Tribunal de Mayor Riesgo A. La experta ofreció en la segunda semana de audiencias por el caso Sepur Zarco, las conclusiones del peritaje que realizó en 2012, a 18 sobrevivientes.

El Caso Sepur Zarco juzga al excomisionado militar Heriberto Valdez Asig y al coronel Francisco Esteelmer Reyes Girón, por los delitos de violencia sexual, esclavitud sexual y doméstica cometida contra 11 mujeres q’eqchís, entre 1982 y 1983, en El Estor, Izabal.

La experta del Inacif fue contundente cuando dijo al tribunal que “las evaluadas no tienen la capacidad de fabular los hechos”, además, aseveró: “es improbable que exista una ganancia [para las sobrevivientes], porque se enfrentan a sus victimarios y volverán a vivir los hechos”. El tribunal escuchó además, a dos peritos de la Fundación de Antropología Forense de Guatemala (FAFG), que dieron a conocer conclusiones de las investigaciones históricas y antropológicas en relación al caso.

Las secuelas

La experta del Inacif aseguró que “existe relación directa entre el abuso continuado y el deterioro de la calidad de vida” de las sobrevivientes. Las mujeres de Sepur Zarco fueron sometidas a seis y ocho meses de violaciones sexuales sistemáticas y al trabajo forzado, dentro y en los alrededores del destacamento. Otras sufrieron los vejámenes hasta por seis años; una de ellas quedó embarazada y sufrió un aborto.

Una de las sobrevivientes narró que fue violada “un día sí y un día no”, por los mismos cinco soldados durante seis meses. Hechos tuvieron impactos fuertes en la vida de las sobrevivientes y de la comunidad, según explicó la perito. “Sufren de estrés psicológico continuado, hubo ruptura del tejido social y pérdida de familiares”, ilustró al tribunal.

Las y los sobrevivientes también sufrieron lesiones corporales graves que en la actualidad  les provocan molestias. “Padecen hipertensión, osteoartritis, dolores crónicos de espalda, temor, recuerdos constantes de lo vivido, porque la experiencia fue catastrófica y extraordinaria”, dijo la experta.

De acuerdo con la perito, que además de haber entrevistado a los 18 sobrevivientes, realizó exámenes mentales y físicos, “la mayoría de personas que evalué tienen una visión de vida de acuerdo a esa experiencia catastrófica”.

Debido a que la violencia generalizada y sexual sistemática a la que los militares sometieron a las mujeres y hombres de Sepur Zarco, todas las sobrevivientes se sentían decaídas, según la psiquiatra forense. “Cuando las entrevisté [en 2012] las vi bastante desnutridas, su calidad de vida es muy mala”, explicó.

Asimismo, recomendó que las víctimas reciban cuidado integral de su salud, apoyo económico y material para una vida digna.

 

Por Equipo de Comunicación MTM

 

Mujeres se solidarizan con sobrevivientes de Sepur Zarco

Una semana ha transcurrido desde el arranque del juicio histórico que se desarrolla en Guatemala,  en el que 11 mujeres fueron víctimas de violencia sexual, esclavitud sexual y doméstica cuando estuvieron cautivas en el destacamento militar de Sepur Zarco, El Estor, Izabal, entre 1982 y 1986.

Por ello mujeres guatemaltecas, dirigentes de movimientos sociales a favor de las mujeres se solidarizan y aplauden el coraje de las sobrevivientes de la guerra en Guatemala.

“Es un momento histórico después de largos años por fin se llega a juicio, y por otro lado la valentía de mujeres víctimas que después de tanto tiempo lograron romper el silencio y lograron nombrar esos hechos tan dolorosos y violentos que se dieron en el marco del conflicto armado interno” añade Ana Silvia Monzón,  coordinadora de Voces de Mujeres.

“Este lugar de la justicia ha sido negado por décadas a las mujeres indígenas, campesinas, sobre todo de las regiones alejadas. Las mujeres Ixiles y Qeqchi´s están dando una lección de dignidad al decir si se puede y ver cara a cara la realidad que sucedió en las décadas de los años 1980”, agregó la entrevistada.

Todo ello nos debe conmover y motivar para exigir a las actuales autoridades que esto no se puede repetir. “No es un acto de venganza, es un acto de reparación de dignidad, sin una finalidad   económica”  esto debe de dar vergüenza, propiciar libertad y confianza, pero apegadas a derecho afirma Monzón.

Rosalina Tuyuc, Premio Niwano por la Paz 2012 y coordinadora de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala -CONAVIGUA- señaló: “son pequeños pasos que la justicia está dando,  lo que hizo el ejército  en las comunidades indígenas no fue correcto, la  violación sexual se cometió contra las niñas, adolescentes, mujeres embarazadas, la muerte de hombres, ancianos, la destrucción de cultivos y viviendas fue algo devastador y difícil de olvidar,  por ello la  búsqueda de la justicia es universal”

Es una responsabilidad internacional donde las  instituciones que velan por los derechos humanos deben acompañar este proceso como muestra de compromiso y solidaridad, pero sobre todo con la convicción que estos hechos no pueden repetirse.

 Paula Barrios, coordinadora de Mujeres Transformando el  Mundo –MTM- dijo que Sepur Zarco es el primer caso en que mujeres  q´eqchis denuncian ante la justicia violación y explotación sexual durante el conflicto armado interno.

Women Transforming the World (Mujeres Transformando el Mundo – MTM) plaintiffs of the Sepur Zarco case

“We feel satisfied that the women survivors from Sepur Zarco are present at the beginning of the Trial”, expressed Paula Barrios, director of Women Transforming the World (Mujeres Transformando el Mundo – MTM), plaintiffs in the Sepur Zarco case.

 The representative of MTM indicated that even though every men and women have the right to have access to justice, the indifference, discrimination and the stigma that exists in the judicial system makes it impossible for a woman, and even worse if she is indigenous, to have access to be in court and that justice be done.

 Barrios further detailed that Women Transforming the World (Mujeres Transformando el Mundo – MTM) conducted through strategic litigation six years of work in the case; in order to break down the walls of impunity that alienates women to be subjects of right and to live their life free from violence. 

 Three days after de initiation of the trial, the testimonies of men and women have been heard narrating before the Court of High Risk A presided by the judge Yassmin Barrios, what they lived during the 80’s in Sepur Zarco because of the Guatemalan army.  The representative of MTM said that what was told by the witnesses ratifies what was declared by the women survivors in the year 2012 as anticipated evidence.

 At the same time she said that they will continue to expose the evidence that they have to sustain the crimes that cornel Esteelmer Francisco Reyes Girón and the military commissioner Heriberto Valdez Asig have been accused of.

 The coordinator of MTM said that due to the precision of how the hearing has developed, we expect that at the end of February we can count on a ruling.

 The major players of this trial are the women survivors that have not caved in the way of seeking justice, Barrios indicated.  “This sets a precedent at national and international level because the women survivors of sexual violence, sexual and domestic slavery are in front of a national court witnessing the hearings where the responsible of those crimes are being judged”.

 The representative of MTM make a call to students, social organizations, women organizations, indigenous young women, farmers as well as individuals to witness the hearings and be part of this historic trial that is taking place in Guatemala.

 

 

Women Survivors of Sepur Zarco: The path to justice has not been easy, but they are present

““I am very happy to be able to follow the path of justice, today I offer a greeting to all

women” said the president of the Collective Jalok U, a woman survivor of Sepur Zarco.

The president of the Collective in different occasions expressed her happiness when she

mentioned that 30 years have gone by before being able to find justice and today they can

advance in the path that they started.  She recognizes that they dealt with fear, they

thought and had to analyze that it was crucial to tell what they had gone through at the

military settlement Sepur Zarco so that history would not repeat itself.

The survivor pointed out that in their path to search for justice it’s been important the

solidarity and companionship of the women from other communities, towns and

organizations; additionally she said that the women survivors are organized through

Collective Jalok U, change of face in the q’eqchi language, and that being organized has

been important to feel the unity and strength so they are not afraid of speaking.

 “We cried allot when we spoke, when we shared what had happened to us”, said the

representative of the women; additionally she said that when they initiated the process of

searching for formal justice they felt pain and thought better not to speak about it

because when they spoke of what had happened that caused them to hurt and feel pain.

 “So those who listen will know that we are saying the truth”, “I find myself in this

important struggle of keep looking for my husband…”, “…what I want is to find my

happiness and find justice for us so that we can be in peace”, the president of Collective

Jalok U ended saying.

The 11 q’eqchi women victims of sexual violence, sexual and domestic slavery done by the

army of Guatemala during the internal armed conflict, were lcated at the right side of the

Visitors Room of the Supreme Court of Justice; they attentively were listening and

observing the development of the trial Sepur Zarco.

Their faces were covered all the time while they were viewing the witnesses take their

turns to narrate during the trial what they and their families had gone through.  While

they were listening to the witnesses, after they swore to say the truth and answer the

questions that they were asked, the survivors would lower their faces to dry the tears.

The fight and perseverance of the women survivors of Sepur Zarco makes history at a

national and international level, because it’s the first case at a worldwide level that it’s

been taken to a national court for the crimes of sexual violence, sexual and domestic

slavery, and other cases of sexual violation during the armed conflicts like in Yugoslavia

and Rwanda have been aired in international agencies.

Por Equipo de Comunicación MTM

Juicio Sepur Zarco: Testigo protegido declara ante Tribunal

“Fui reclutado forzosamente por el ejército en la zona militar de Puerto Barrios, Izabal. Recibí el entrenamiento “Tigre” por 90 días”, así comienza su declaración el primer testigo protegido propuesto por la Fiscalía de Derechos Humanos del Ministerio Público, en el quinto día de audiencias por el caso de Sepur Zarco.

 El testigo narró que su tropa relevó al pelotón comandado por el entonces subteniente  Esteelmer Francisco Reyes Girón, debido a los abusos que esta cometía contra la población civil. “Cuando llegamos nos enteramos que hubo cambios por el trato que recibía la gente. La tropa había abusado de la gente. A las mujeres las usaban para la servidumbre. Hubo violaciones de las tropas”, declaró ante el Tribunal de Mayor Riesgo A, por medio de videoconferencia.

 El testigo, un militar retirado, estuvo aproximadamente durante cuatro meses en el destacamento de Sepur Zarco; ahí se enteró de las atrocidades cometidas contra la población civil. “Un día llegan siete mujeres de Semococh a buscar a sus esposos… Habían sido asesinados en Sepur Zarco señalados de ser guerrilleros. El señor Esteelmer los convocó y ya no se supo de ellos”, explicó.

 En su relato, el testigo contó que el destacamento de Sepur Zarco tenía bajo su control al menos a 17 comunidades de El Estor, Izabal, lo que implicaba la presencia militar para patrullaje y búsqueda de combatientes guerrilleros, extremo que nunca confirmaron. “Los militares necesitaban controlar las comunidades, por eso nombraron comisionados”, dijo.

 Reconoció también que los destacamentos de Tinajas, ubicado en la finca del mismo nombre y el de Sepur Zarco, coordinaban acciones, tal como lo indicaron anteriormente la mayoría de testigos escuchados por el tribunal.

 “Hubo violaciones de la tropa del señor Esteelmer”

 En la quinta jornada de audiencias también se escuchó a dos sobrevivientes por medio de video, quienes ofrecieron su declaración en septiembre de 2012, en calidad de anticipo de prueba. Las dos mujeres relataron haber sido víctimas de violencia sexual continuada durante la permanencia de la tropa comandada por Reyes Girón.

 Una de las mujeres sobrevivientes describió al tribunal que cuando su esposo fue detenido ilegalmente  por los militares en el destacamento de Tinajas- en 1982, fue a buscarlo, pero en vez de informarle del paradero del detenido, la obligaron a quedarse en el lugar y la violaron en repetidas ocasiones, sin importarles que estuviera embarazada.

 La sobreviviente también contó que los soldados la violaron en su casa y en los caminos de la comunidad. Además, abusaron de ella cuando iba al río a lavarles la ropa. “Yo tenía mucho miedo… ellos me agarraron por la fuerza y me violaron. No me acuerdo cuantos fueron, quedé muy dañada de mi cuerpo; sangraba mucho”, dijo la testigo

 La narración de las sobrevivientes que han ofrecido su declaración por medio de la prueba anticipada, y de los otros testigos, coinciden con el relato ofrecido por el testigo protegido quien dijo: “Hubo violación sexual y abusos a los derechos de la mujer. Cuando las mujeres iban a lavar al río los soldados las perseguían”. También señaló: “Los vecinos nos manifestaron que los soldados no patrullaban sino que solo andaban acosando a las mujeres y chupando”.

 Hasta el quinto día de audiencias el Tribunal de Mayor Riesgo A, escuchó a 17 testigos de manera presencial y cinco en videoconferencia. El lunes 8 de febrero se reanudará el debate oral y público. Se tiente previsto que la semana del 8 al 12, las y los peritos propuestos por el MP y las querellantes sean escuchados.

 Por Equipo de comunicación MTM

Trial Sepur Zarco: “An opportunity to transform justice for women”

This Monday, February 1 the first trial hearing took place against Lieutenant Cornel Esteelmer Francisco Reyes Giron and the Military ex-commissioner Heriberto Valdez Asig, who are being accused by the Prosecutor for Human Rights of the Public Ministry of committing crimes of sexual violence, sexual slavery and domestic slavery against the q’eqchi women, originally from the community of Sepur Zarco, at El Estor, Izabal.

 After a 30 year wait to be able to access formal justice, the women survivors were present at the Visitors Room of the Supreme Court of Justice, where the opening of the oral and public debate took place by the High Risk Court A,  composed by the judges Yassmin Barrios –President-, Patricia Bustamante and Gerbi Sical, -substitutes.  The women survivors try not to have more impunity for crimes against humanity that were committed against them between 1982 and 1983, during the internal armed conflict that lasted more than 36 years in Guatemala.

 Reyes Girón was the commander of the military settlement Sepur Zarco, where men and women residents of different communities were illegally detained and subjected to cruel and inhumane treatment.  As per the Public Ministry (Ministerio Público – MP), Reyes Girón violated the International Humanitarian Right, as the soldiers, under his command, committed the inhumane treatment to the civilian and noncombatant population of women, men, girls and boys.

 The accused Heriberto Valdez Asig was a military commissioner during the armed conflict and he was a municipal policeman for the municipality of Panzós, Alta Verapaz.

 

Women’s body as an instrument of domination

 During the armed conflict several organized families in the communities of Sepur Zarco in El Estor, Izabal and Semochoch, Alta Verapaz , were trying to find a way to legalize their lands so they were performing dealings with the already disappeared National Institute for Agrarian Transformation (Instituto Nacional de Transformación  Agraria – INTA).  The soldiers of the Sepur Zarco military settlement went to the communities and illegally detained the organized men and afterwards some of them were held in pits inside the military settlement.

 “As in the context of war the army considered them enemies.  The wives and daughters of the detained men were considered available single women and because of that they were sexually abused and they were subjected to sexual and domestic servitude”, said the female plaintiff lawyer from the Guatemalan Women’s Union (Unión de Mujeres Guatemaltecas – Unamg).

 As per the testimony offered by the surviving women as anticipated evidence, they were forced to cook and wash the soldiers clothing.  They were forced too, to continually have sexual intercourse with them.

 As per the plaintiff’s attorney criterion from the Collective Jalok U (Colectiva Jalok U) Esteban Zelada, the trial is to do a transformative justice for the women.  He mentioned too that the committed crimes against the women from Sepur Zarco must not go unpunished as it “offends the conscience of humanity”

 

Witnesses declare

 During the first day of the oral and public debate that took place in the Visitors Room of the Supreme Court of Justice, dozens of nationals and foreign people brought their support to the victims of the first trial for sexual violence, sexual and domestic slavery as in the context of war.

 Pedro Cuc, first witness originally from Sepur Zarco, recounted the pain and suffering of the men, women, elders, boys and girls that were caught by the members of the army and how they were subjected to forced labor.

 Juan Maquin Caal, a witness too stated: “When we ran away from our community towards the mountain approximately 92 people died because of the army”.  He cried afterwards as he remembered the disappearance of his uncle, while he continued giving his testimony.  At the same time, Mr. Maquin Caal told the Court that his mother confided in him that she had been sexually violated by the soldiers of Sepur Zarco who were under the command of Reyes Girón.

 “The responsibility falls on the leaders of the military settlement of Sepur Zarco for the abuse committed on my companions” said Rogelio Huitz Choc, third witness of the day, who pointed directly towards Heriberto Valdez as responsible of illegally detaining his father.  During the development of the trial hearing Mr. Rogelio showed his thorax where you could see the scars left from being tortured.  He mentioned too that they fractured some of his ribs and hip.

 In the Visitors Room of the Supreme Court of Justice the women representatives of Women Transforming the World (Mujeres Transformando el Mundo – MTM) and the Guatemalan Women’s National Union (Union Nacional de Mujeres Guatemaltecas – UNAMG) were present as plaintiffs in the case.

 Women of several different organization showed their support to the surviving women, by covering their head and face with a typical wrap to show their solidarity.

 

Por Equipo de Comunicación MTM

 

Juicio Sepur Zarco: “Los testimonios dan cuenta de una verdad que estuvo siempre oculta”

Los testimonios ofrecidos por varios testigos en el cuarto día de audiencias por el caso Sepur Zarco, corroboraron que en varias comunidades de  El Estor, Izabal, hubo, al menos, tres destacamentos militares, en donde se cometieron crímenes de guerra contra mujeres y hombres q’eqchís, entre l982 y 1983.

 Las y los testigos que el Tribunal de Mayor Riesgo A escuchó este jueves 4 de febrero, dijeron haber estado detenidos en los destacamentos conocidos como Tinajas, Pataxte y Sepur Zarco.

 El ejército había negado la existencia de estos lugares, sin embargo, las mujeres y hombres que contaron su historia en la Sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), confirmaron que  hubo destacamentos en donde los hombres de varias comunidades fueron detenidos, torturados y ejecutados extrajudicialmente, mientras otros obligados a trabajar y las mujeres violadas y esclavizadas sexualmente.

 Muchas otras mujeres fueron desparecidas y también ejecutadas extrajudicialmente, como es el caso de Dominga Coc, junto con sus hijas de 3 y 2 años, en 1982, en el destacamento de Sepur Zarco.

 “Mi yerno me contó que les hicieron mucho daño. A ella la lastimaron en su cuerpo porque la violaron”, contó doña Julia Coc, su madre al tribunal. “Vengo a decir la verdad, no a mentir. Vengo a declarar  sobre la ejecución de mi hija y de mis nietas, porque fue grande el sufrimiento de mi hija cuando estuvo en el destacamento”, aseguró la valiente testigo que cuidó a su yerno enfermo, luego de que éste escapara del destacamento de Pataxte, donde también estuvo detenida su hija.

 Dominga fue ejecutada a la orilla de un riachuelo cercano al destacamento militar, según el relato de doña Julia. Un excomisionado militar, de nombre Miguel Maas  -ya fallecido-, le confesó a la madre de Julia, que su hija fue llevada al río por los soldados y, a la orilla del río la obligaron a cavar una fosa que sirvió como su tumba y la de sus hijas.

 Doña Julia presenció la exhumación de las osamentas de su hija y nietas y reconoció los cabellos y la ropa. “Dentro de la fosa estaban sus huesos y su cabello y un rollo de hilo, que era de su ropa. Ahí encontraron los calzoncitos de mis nietas”, narró la sobreviviente.

 En el cuarto día de audiencias el tribunal escuchó los relatos de cuatro testigos hombres, además de doña Julia. Todos fueron obligados por los soldados a realizar trabajos de patrullaje, en supuesto búsqueda de “delincuentes”. Los testigos aseguraron que “nunca” vieron a quienes los militares consideraban los delincuentes.

 “Estuve mucho tiempo en Tinajas, después me llevaron a Sepur Zarco, ahí nos obligaron a trabajar”, dijo don Marcos Tut, de 76 años. Durante el tiempo en que realizó trabajos forzados, don Marcos dijo: “Nosotros estábamos en las garitas, hacíamos turnos en las entradas para que no entraran los guerrilleros. Ahí mirábamos cuando entraban y salían las mujeres a las que les hicieron daño”.

Las historias de don Domingo Tzup, Domingo Choc, Vicente Choc y Domingo Coc, son desgarradoras. Todos aseguraron haber sido obligados a trabajar en el destacamento de Sepur Zarco. Todos fueron testigos de la detención de sus familiares: suegros, padres, hermanos, vecinas y otros civiles de comunidades aledañas.

 Todos los testigos tienen en común haber pertenecido a una de las familias que realizaban gestiones para la titulación de la tierra en que vivían desde hacía mucho tiempo. Además, las tierras en que habitaban se ubicaban en el Valle del Polochic, una zona rica naturalmente, donde la represión fue brutal.

 De acuerdo con Paula Barrios, coordinadora general de Mujeres Transformando el Mundo (MTM), las autoridades locales fueron cómplices del despojo de tierra que también sufrieron las poblaciones q’eqchís de la región. “Estos hechos se enmarcan en una región donde muchos terratenientes se fueron apropiando de grandes cantidades de tierra que la municipalidad de Panzós, Alta Verapaz, les facilitaba”.

 La querellante asegura que el caso de Sepur Zarco es evidencia de que la represión contra las comunidades del Valle del Polochic, fue una estrategia que el ejército desarrolló en complicidad con finqueros y autoridades locales, ya que los esposos de las 11 mujeres sobrevivientes, eran parte del grupo de comunitarios que gestionaba la titulación de sus tierras en el desaparecido Instituto Nacional de Transformación Agrícola, (INTA).

 De la sobrevivencia a la ciudadanía

 “Las voces de las mujeres testigas tienen mucha más fuerza. Si el caso Sepur Zarco demuestra algo es la valentía de las mujeres, no solo de las que denuncian, sino de todas las que acompañan el proceso”, comentó Ada Valenzuela, representante de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas, organización querellante.

 La activista considera que el caso de Sepur Zarco es una oportunidad para que toda la sociedad aprenda. En especial, afirma, para que la juventud se forme.

 Las mujeres rompieron el silencio después de más de 30 años de haber sufrido todo tipo de violación a su dignidad y humanidad. Todavía la herida sigue viva y entre sollozos y lágrimas las y los testigos cuentan su verdad, con valentía recuerdan a toda una sociedad y al mundo, que el dolor y el horror provocado por la guerra no deben ser olvidados.

 “Todos los testigos han narrado hechos que cazan. Es difícil que alguien luego de escucharlo no se conmueva o dude de la verdad de los sobrevivientes”, dijo la querellante.

 Barrios consideró que: “Para los testigos no es fácil hablar de tanto dolor que han vivido. Pero es un momento importante para que se escuche su verdad desde su propia voz. Es trascendental que vengan ante un tribunal y expongan desde su propia voz lo que les pasó. Es un acto de dignidad para las mujeres y los hombres”, señaló.

 Antes y después de las declaraciones las y los testigos tienen acompañamiento y atención psicosocial. “Creo que también la sociedad guatemalteca debe responder a los testimonios, porque si no nos afecta lo que estas personas narran, con tanto dolor que marcó la guerra también necesitamos ese acompañamiento. No puede ser que no nos sorprendamos y que seamos indiferentes”, dijo Barrios.

 Las querellantes consideran que el juicio de Sepur Zarco también permite conocer una verdad que ha estado ahí siempre. Las organizaciones que acompañan a las sobrevivientes consideran que para sanar “debemos saber lo que pasó y buscar los mecanismos para resarcir a las víctimas y para que estos hechos no vuelvan a ocurrir en ningún contexto con la niñez y adolescencia de este país”.

 Finalmente, Barrios explicó que las mujeres sobrevivientes tienen la oportunidad de formarse como ciudadanas. “En ese transcurrir, las mujeres se han formado en el ejercicio de su ciudadanía que es un aspecto importante del acceso a la justicia. Ellas controlan lo que está sucediendo  en esta sala de audiencias. El fin de la justicia es que las víctimas transiten a sobrevivientes y de allí a ser sujetas de derechos”, concluyó.

 Por equipo de Comunicación MTM

Sobrevivientes narran vejámenes vividos en Sepur Zarco

Por tercer día se realizó el juicio en contra del teniente Esteelmer Francisco Reyes Girón, y el excomisionado militar Heriberto Valdez Asig, por las violaciones continuadas de 11 mujeres en el destacamento militar de Sepur Zarco, entre 1982 y 1986.

El Ministerio Público (MP) continuó con la presentación de testimonios y pruebas anticipadas de las víctimas, con apoyo de los querellantes en el caso  Mujeres Transformando el Mundo -MTM- y la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas -UNAMG-.

Por medio de la prueba anticipada se conocieron los testimonios grabados  de mujeres víctimas de violaciones y agresiones sexuales. Ante la Sala Vistas de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), y  por medio de tres pantallas, se pudo escuchar y ver el testimonio grabado de Catalina Mash, de 70 años, quien narró que en 1982 los soldados de Sepur Zarco “las violaron sexualmente en repetidas ocasiones”.

Mash mencionó: “Don Canche (Heriberto Valdez) llegó a nuestras comunidades y llevó a los militares”. Con voz entrecortada, la víctima declaró ante la Fiscalía de Derechos Humanos del MP, la forma en que la tomaron a la fuerza, le sujetaron las manos, y tres hombres la violaron varias veces en un mismo día.

Con lágrimas en su rostro relata: “Mi hijo de 10 años fue sobreviviente y testigo de la tortura de su padre, mis hijos mayores fueron los encargados de enterrarlo”. Además narró  cuando mataron a machetazos a su hija embarazada.

Otro testimonio escuchado como anticipo de prueba, fue el de Rosario Xoc, de 52 años quien relató:  “Cerca del río donde iba a lavar, varios hombres me tomaron a la fuerza, me violaron, mi hijo pequeño gritaba al ver lo que me hacían, pero nadie me ayudó”

Xoc, también con voz cortada, relató cómo los soldados se llevaban a sus esposos, los lastimaban y los obligaban a trabajos forzados sin ninguna remuneración. Este testimonio quedó grabado en video para ser parte de la prueba anticipada presentada en el juicio contra los exmilitares.

Lo antes descrito fue transmitido a solicitud del ente investigador y los querellantes adhesivos como prueba anticipada de las 11 mujeres sobrevivientes. Se estableció que se procedió de esta manera por resguardar la seguridad e integridad de las testigos.

Catalina y Rosario recuerdan que los militares se llevaban a los hombres y ancianos para golpearlos, torturarlos, matarlos y enterrarlos en las fosas.

Las declaraciones de las mujeres sobrevivientes fueron recibidas por el Juez Miguel Ángel Gálvez el 24 de septiembre de 2012, en calidad de prueba anticipada.

En el tercer día de audiencia Mateo Rash Maquín, originario de San Pedro Carchá, Alta Verapaz se presentó ante el tribunal en calidad de testigo. Acompañado de un intérprete, Rash señaló: “Sí conozco a los acusados, son responsables de muchas muertes,  los militares agarraban a la gente y les cortaban las orejas y cuello, lo que nos hacían dejó marcas en nuestros cuerpos”.

En el tercer día de audiencias se mostró la solidaridad de hombres y mujeres de diferentes lugares del país, quienes se hicieron presentes en la Sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia.

Por equipo de comunicación